Hegel parte de la noción más simple: el concepto de ser, puesto que no hay nada más inmediato e indeterminado. Todo, cualquier cosa, sea lo que fuere, todo partici
pa del ser. El punto de partida está pues, en el ser general, el ser puro y absolutamente indeterminado: no es, a fin de cuentas, más que una forma vacía de la afirmación por la cual no se afirma nada.
Sin embargo, al preguntarnos qué es el ser ocurre que nada se puede decir de él. Si algo se intenta decir respecto al ser, resulta que en realidad, se lo está limitado a alguna forma de ser (un ente en especial). Rigurosamente, del ser solo puede decirse... la nada