ANTITÉSIS (NEGACIÓN)

Al hablar del ser, aparece entonces, una segunda categoría, su contrario: la nada. El ser se esfuma cuando tratamos de captarlo y nos viene a la mente su contrario. Y así comienza el movimiento dialéctico.
Tampoco puede decirse algo de la nada puesto que también es indeterminación pura. Hegel los considerará opuestos absolutos.
El ser y la nada son absolutamente distintos pero a su vez, inseparables. Porque al intentar separalos, uno se desvanece en el otro.